A los cincuenta y ocho años León Tolstoi escribió el más célebre de sus cuentos: La muerte de Iván Ilich, donde relata la ejemplar y honesta vida de un juez de provincia, a quien la proximidad de la muerte le demuestra que todo por lo que había vivido resultó ser falso e inútil, pues su familia lo había traicionado al fingirle amor. Este cuento no deja un final amargo, pues entre todos los sufrimientos que enfrentó el juez, en el relato destaca como una brillante estrella en el oscuro firmamento, la amistad verdadera y compasiva de su humilde criado, quien le demuestra una gran lealtad hasta en los últimos minutos de su vida.