Paula y Beto viven en un departamento con sus papás, pero ansían pasar tiempo fuera de la ciudad. En ocasiones, sus padres los llevan de paseo a una playa casi desierta, donde son muy felices. Un día, su papá les cuenta que ha decidido comprar un terreno cerca de la playa y construir una casa ahí. Su sueño parece concretarse por fin, pero no saben que en ese mágico lugar no serán los únicos habitantes.